martes, 24 de noviembre de 2009

Un minuto de silencio por las víctimas de la violencia.

Numerosas personas adhirieron anoche al minuto de silencio por las víctimas de la violencia y el hambre, que concluyó con el canto del Himno Nacional, convocado por el presbítero Guillermo Marcó, el rabino Sergio Bergman, y organizaciones sociales como la Red Solidaria o Madres del Dolor, ante la ola de inseguridad y la pobreza que padecen millones de argentinos.

El sacerdote y el rabino participaron del reclamo silencioso en la explanada de la parroquia Nuestra Señora del Carmen, en Wilde, localidad bonaerense donde fue asesinada la arquitecta y catequista Renata Toscano el pasado martes, cuando intentaron robarle su automóvil.

"Esta no es una concentración en contra de nadie, sino a favor de todos. Estamos unidos en nuestras diferencias, estamos cansados de tanta injusticia social que genera violencia", dijo el referente judío.

En tanto, el presbítero Marcó explicó que "nosotros vinimos acá desde el corazón, no haciendo lo que hizo Caín, cuando Dios le preguntó 'dónde está tu hermano' y él le respondió '¿acaso soy yo el guardián de mi hermano?'”, sino que, aclaró, “nosotros sí somos los guardianes de nuestros hermanos, y por eso hemos venido hoy aquí a dar la cara".

"Los argentinos queremos amar y no odiar", expresó el rabino Bergman, antes de empezar a cantar el Himno Nacional, a cuyo término los presentes, con las manos unidas, exclamaron: "¡Viva la patria!"

Por su parte, el sacerdote porteño aseguró que "la gente quiere salir de su casa, ir a trabajar, volver tranquila, salir a la noche y pensar que sus hijos también van a regresar en paz".
A las 21 en punto, como estaba previsto, el silencio se escuchó en diversos puntos del país.

El reclamo silencioso fue organizado por Diálogo Ciudadano, Red Solidaria y Argentina Ciudadana, se replicó en parroquias y sinagogas del país, donde miles de fieles se reunieron para pedir paz, justicia y "no violencia".